miércoles, 10 de octubre de 2007

The New York Times Building | Renzo Piano.

Las obras de Renzo Piano, desde siempre se han caracterizado por lo innovador de sus espacios, así como por el uso de alta tecnología y fundamentalmente por el respeto a la ecología.

Su más reciente obra maestra, ubicada en una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos, lo demuestra.

En agosto del presente año, el arquitecto italiano, ganador del premio Pritzker inauguró su más reciente creación: -The New York Times Building-, el rascacielos más importante que se ha construido dentro de la ciudad de Nueva York desde la edificación del Eero Sarinen’s Building.

Este edificio de 52 niveles se encuentra ubicado en el la Eight Avenue, entre las calles cuarenta y cuarenta y uno en el centro de Manhattan. En él, Renzo Piano más que diseñar una obra espectacular ha demostrado su amor y admiración por la ciudad de Nueva York, adecuándose a los tiempos, haciendo uso de materiales de alta tecnología, pero respetando los valores de la arquitectura propia de esta metrópoli.

La decisión de elegir el proyecto del arquitecto Renzo Piano se debió a que éste era diferente a las demás propuestas presentadas, ya que tiene una solución mucho más abierta y flexible, pero principalmente brillante y ligera.

Una de las características más interesantes de este proyecto es que el edificio no sólo albergará rotativas y los objetos propios de un periódico, pues solamente los pisos que van del segundo al séptimo nivel estarán ocupados por la redacción del periódico y los pisos restantes albergarán viviendas.

El primer piso de este edificio, que se encuentra al nivel de la calle y esta ocupado por un jardín interior, estará abierto al público en general.

Además, The New York Times Building contará con locales comerciales, restaurantes y un auditorio, lo que le permitirá participar de la dinámica propia de la vida en la ciudad de Nueva York.

Uno de los rasgos principales de esta obra es la transparencia, lo que hace de ella una estructura sumamente ligera y la distingue de la pesada arquitectura propia de los rascacielos.
El uso de cristales transparentes le permitió a Piano adaptarse mucho mejor al entorno pues en ellos se reflejan prácticamente todos los colores, las luces y el movimiento que existen alrededor.
Una metáfora con la que el arquitecto expresó la relación que existe entre la ciudad y el periódico.

Así también es posible observar desde el exterior el tránsito de la gente dentro del edificio, para resolver esto situó las escaleras justo al frente de la fachada de cristal.
Esta solución permite que el flujo de gente que habitará el inmueble sea visible desde la calle, lo que enfatiza la volumetría ascendente del edificio.
Prácticamente en todo el edificio el concepto de movimiento está presente, aunque en el último nivel, la solución del jardín representa todo lo contrario, ya que se convierte en un lugar para la contemplación.
En el caso de la azotea, la intención del arquitecto fue que desde los salones ubicados en el último nivel, la gente tuviera la posibilidad de disfrutar el área verde a través de una enorme pantalla de cristal y cerámica.
En este proyecto, como en muchos otros de sus proyectos, Renzo Piano privilegia de manera importante la comunidad entre los usuarios del edificio y los vecinos de la ciudad, al mismo tiempo que les garantiza privacidad.
Sin duda este edificio, por su solución arquitectónica pasará a formar parte de las grandes obras construidas en la ciudad de Nueva York.

Texto extraido de www.arq.com.mx
Autor: Karla Ochoa [editor ].

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